jueves, 15 de enero de 2015

Winter Waltz

"...y mientras el primer violín tocaba esa melodía, él se acercó a ella y le extendió una mano.
-¿Me concedes ésta pieza? -le dijo.
Ella solo sonrió y se levantó tomándolo de la mano. La gente alrededor permanecía en respetuoso silencio. Nadie los conocía y ellos no conocían a nadie. Pero aún así se sentían en casa al fin. Habían llegado a su hogar y no había poder humano que los separara ahora.
Cuando llegaron al centro del salón, él volteó hacia el director de la orquesta y con un gesto le indicó que continuara. Después se volteó hacia ella e hizo una reverencia antes de tomar su mano y rodear su cintura.Entonces el director que carecía de rostro al igual que los músicos dio la indicación y la orquesta continuó con un climax glorioso.
Y finalmente pudieron bailar el vals que él compuso para ella, eternamente, más allá de las nubes, rodeados de todo el amor que se tuvieron en vida y que ahora tomó la forma de dos bailarines celestiales."