domingo, 22 de julio de 2012

Aunque Uno No Se Dé Cuenta.


Alguien dijo alguna vez que en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre.
Es curioso cómo juzgamos a los demás y no nos damos cuenta de lo miserable de nuestro desdén hasta que nos faltan, hasta que nos los quitan. Nos los quitan porque nunca han sido nuestros...
También me llama la atención, cómo siempre perseguimos lo que parece inalcanzable, o peligroso. Lo que nos parece prohibido nos atrae mucho, así como lo que nos hace daño, aunque no nos demos cuenta en el instante.
Es un circulo vicioso. Una persona va a perseguir a otra que le hace daño, mientras al mismo tiempo alguien nos persigue para tratar de alcanzarnos, y lo peor de todo es que nosotros no estamos conscientes de esa persona, o no la notamos. ¿No es cruel?
Tanto oímos hablar de la famosa "Friendzone", pero no nos damos cuenta de que nosotros mismos podemos estar en ella.


"No importa cuánto corramos, el corazón se queda con nosotros. No importa cuánto sacrifiquemos, nuestras almas no estarán satisfechas hasta que encontremos amor, y el amor nos encuentre a nosotros de regreso. Aunque a veces, por el bien del otro, no importa cuánto amemos, debemos negarlo y aceptar que nuestro debes es no sentir nada. La vida no es justa. No es lo que te pasa, si no lo que haces al respecto."


Esto fue una pequeña compilación de frases que escuché recientemente y que les encontré bastante sentido. Por un lado, siempre vamos a estar buscando ese comfort que necesitamos desde pequeños, primero con nuestros padres, luego con nuestros amigos, y tal vez, al último con una pareja. Pero dentro de todo ese lapso, las relaciones no siempre pueden resultar como nosotros deseamos y terminamos necesitando más.
Creo que sólo nos queda perseverar y seguir tratando, luchando, o haciendo algo al respecto. Porque de lo contrario, ¿que sentido tiene vivir? Cómo dice un buen amigo mío: "Querido Daniel, cuanto antes usted se de cuenta de esto, mejor: Nada en esta cochina vida vale dos duros si no tienes alguien con quien compartirlo."


Por último les comparto una frase: "Sólo se quiere de verdad una vez en la vida, Aunque Uno No Se Dé Cuenta."

miércoles, 11 de julio de 2012

Una Verdadera Mujer.

Sólo unas pocas personas saben reconocer y apreciar a una mujer. A una verdadera mujer. Una mujer que hecha cómo se debe, deleita con una belleza tanto física como interna.
Una mujer que no descuida su fachada, pero tampoco se preocupa por no llenarla de cosas innecesarias. Una mujer que lleva un vestido tan hermoso como simple, que demuestra toda su feminidad. O pantalones que resaltan su esbelta figura.
Una mujer que puede usar el cabello mojado después de bañar, para salir, de color natural, y que sólo peina en ocasiones especiales. No se preocupa por alardear de su belleza, por que sabe que todos saben que es bella. Una mujer tan fina que sus facciones demuestran esa calidez de labios llenos de sabor y llenos de vida. Una mujer tan hermosa que tanto el color de su piel como las pecas que llenan su cuello y hombros dan a pensar que una criatura imponente y hermosa con alas aparece a nuestra vista.
Una mujer que, inteligente como las mejores, sabe conseguir lo que quiere sin caer en lo mundano y lo despreciable. Una mujer que sabe ser dama, que se da a conocer como una.
Una mujer que viste elegantemente sus mejores ropas, sólo para que todos sepan que pasa por ahí y olviden sus pensamientos para admirar a la belleza andante que disfruta del paseo cotidiano por las calles de la ciudad.
Una mujer que, como en los tiempos de antaño, porta una sombrilla para el sol o lluvia por si acaso, bolso pequeño para sus menesteres, y zapatos de tacón lo suficientemente bajo y alto para mantener una postura exquisita que permanece aún sin aquel calzado.
Una mujer que, sabe expresarse, que tiene valores y virtudes. Que tiene defectos y errores. Que la hacen perfecta.
Esa mujer, que vive en todas, es la mujer de mis sueños. Una mujer que enamora con una sonrisa, que sabe seducir con una mirada, que roba el aliento y el alma con un simple "hola".
Una mujer que sabe ser mujer, y que no olvida su hermosura, que es la de ser femenina para siempre, y permanecer joven en el alma, aunque pasen muchas vidas.
Una mujer que es tan fina, que los movimientos de sus manos, son involuntariamente preciosos y dan la impresión de que se pueden romper con el mínimo roce. Unas manos de porcelana de colores, que tan pequeñas como son, pueden ser tan firmes como delicadas.
Solo pocas personas, saben apreciar la delicadeza de un busto suave y delicado, que no esconde con vergüenza la que sabe lo que posee. Que saben apreciar cada linea de la espalda y cuello, cada curva, pecaminosa y misteriosa, que envuelve a la criatura mas bella jamás creada.
No todos saben mirarse en el reflejo de unos ojos grandes y hermosos, observando la calidez de la mirada que puede salvar vidas, devolver vidas y arrebatarlas. Una mirada que enamora, una mirada que apasiona.
Una mujer que tiene facciones finas, de dama, no importando el nivel de tiempo o de grosor que tengan los pliegues que demuestran sabiduría y edad.
Una mujer que sabe que es dama, no cuestiona acerca de su apariencia, por que sabe lo que posee. Aunque lo interesante es que, aún sabiendo lo que posee, pregunta acerca de su apariencia, solo para que le reiteren que es bella.
Una mujer que no teme demostrar su carácter tan fuerte, y a la vez tan delicado como el pétalo de una rosa.
Hacen falta palabras y frases, para describir a una verdadera dama, la cual no se rebaja con los demás, entregándose vulgarmente en bailes despreciables a la vista. Una mujer que sabe bailar con pasos firmes y hermosos.
Pocos saben reconocer la belleza en el camino que recorren las pantorrillas hasta los tobillos de una mujer a la que le duelen los pies después de un día agitados y se quita los zapatos para refrescarse.
Una mujer que involuntariamente hace poses de dama, tan femeninas, que matan de ternura, de amor y de pasión al que las mira. Que cruza las piernas y balancea un pie sobre el otro, como si fuera tan ligero como el papel.
Una mujer que sabe vestir como le gusta, que sabe lo que le gusta y que usa lo que le gusta, es una mujer de verdad, tan bella.
Esa mujer es la que yo quiero encontrar, aunque sea para solo un momento de compañía, para disfrutar de la calidez del roce de sus palmas con las mías. Pero aunque ahí está, no se da cuenta de la adoración que le tengo y de la admiración que le arrojo. No se da cuenta del amor que le tengo. Y amor no es precisamente carnal y físico a veces, es el interés y el cariño que se tiene por siempre a alguien que vale la pena conservar a un lado. Esa mujer, sabe que estoy ahí, y yo sé que me conoce y que es consciente de mí. Pero solo pocos saben reconocer cuando a su vida ha llegado Una Verdadera Mujer.

viernes, 6 de julio de 2012

Por Nadie.


Hay días en los que la soledad aploma, y simplemente no hay nada que hagamos que nos quite esa sensación de nostalgia y tristeza que nos invade cuando esa persona no está o se ausenta. Tomamos un libro y leemos diez páginas, poniendo atención a solo la primera. Nos ponemos a trabajar, pero la concentración nos falla. Hacemos cualquier manualidad artística y por más bella que resulte, no nos llena y seguimos con ese vacío en el estómago. Si alguno de ustedes se ha sentido así alguna vez en su vida, y por más que lo intenta, no puede dejar de ser románticamente melancólico, entonces, la letra de ésta canción puede que explique lo que quiero decir.

"Empieza el día, te duele la cabeza.
Te das cuenta que todas sus palabras
de gentileza permanecen,
cuando ella ya no te necesita.

Ella despierta, se arregla.
Se toma su tiempo y no
siente que tenga que apresurarse.
Ella ya no te necesita.

Y en sus ojos, no ves nada.
Sin señal de amor detrás de las lágrimas.
Has llorado por nadie.
Un amor que debió haber durado años.

La quieres, la necesitas
y todavía no le crees
cuando te dice que su amor murió.
Crees que te necesita.

Y en sus ojos, no ves nada.
Sin señal de amor detrás de las lágrimas.
Has llorado por nadie.
Un amor que debió haber durado años.

Te quedas en casa, ella sale.
Dice que hace mucho conoció a alguien
pero ahora, él se fue.
Ella no lo necesita.

El día empieza, te duele la cabeza.
Habrá veces en que todas las cosas
que ella dijo te llenarán la cabeza.
No la olvidarás.

Y en sus ojos, no ves nada.
Sin señal de amor detrás de las lágrimas.
Has llorado por nadie.
Un amor que debió haber durado años.

                                                               THE BEATLES.
                                                               (Paul McCartney)"

Que hermosa forma de ver el amor, ¿no creen? estoy seguro de que muchos que han estado enamorados, ya saben que el amor, no tiene nada de color rosa, ni mucho menos bonito o romántico. Mas bien, es una adicción enfermiza que te hace necesitar a esa persona para poder sentirte bien. A pesar de que nada en tu vida salga mal, no le ves sentido tener tanto bienestar, si no lo puedes compartir con esa persona. Es curioso como, la gente que dice estar "enamorada" y por culpa de ese "enamoramiento", salen lastimadas otras personas que en realidad sienten amor. Y al poco tiempo, esos "enamorados" ya terminaron su relación y tu te quedaste en la nada, llorando Por Nadie.

miércoles, 4 de julio de 2012

Mujeres.

He aquí otro pequeño pasaje, esta vez del libro de Ruiz Zafón titulado "La Sombra del Viento". Éste pasaje trata de una forma bastante bella y un poco atrevida sobre el cómo conquistar a una dama, desde el punto de vista de Fermin Romero de Torres, uno de los personajes de la historia, detrás del cual hay un pasado muy misterioso y sin embargo, carismático e ingenioso, se gana la simpatía del lector a través de su forma de ser, galan, divertido, inteligente y sobre todo, buen mozo. Y en esta parte, está platicando con Daniel Sempere, el protagonista de la historia acerca de una muchacha que se ha ganado el aprecio de nuestro personaje principal.
Disfruten.


"Fermín me sonrió, ladino.
-Pues mire usted que por dónde, a mí me da como que no, que ésa no se casa.
-Usted qué sabrá.
-De mujeres, y de otros menesteres mundanos, bastante más que usted. Como nos enseña Freud, la mujer desea lo contrario de lo que piensa o declara, lo cual, bien mirado, no es tan terrible porque el hombre, como nos enseña Perogrullo, obedece por contra al dictado de su aparato genital o digestivo.
-No me largue discursos, Fermín, que le veo el plumero. Si tiene algo que decir, sintetice.
-Pues mire, en sucinta esencia se lo digo: ésa no tenía cara de casarse con el Cascorro.
-¿Ah, no? ¿Y de qué tenía cara, a ver?
Fermín se me acercó con aire confidencial.
-De morbo -apuntó, alzando las cejas con aire de misterio-. Y que conste que eso lo digo como un cumplido.
Como siempre, Fermín estaba en lo cierto. Vencido, opté por jugar la pelota en su terreno.
-Hablando de morbo, cuénteme lo de la Bernarda. ¿Hubo beso o no hubo beso?
-No me ofenda, Daniel. Le recuerdo que está usted hablando con un profesional de la seducción, y eso del beso es para amateurs y diletantes de pantufla. A la mujer de verdad se la gana uno poco a poco. Es todo cuestión de psicología, como una buena faena en la plaza.
-O sea, que le dio calabazas.
-A Fermín Romero de Torres no le da calabazas ni san Roque. Lo que ocurre es que el hombre, volviendo a Freud y valga la meáfora, se calienta como una bombilla: al rojo en un tris, y frío otra vez en un soplo. La hembra, sin embargo, y esto es ciencia pura, se calienta como una plancha, ¿entiende usted? Poco a poco, a fuego lento, como la buena escudella. Pero eso sí, cuando ha cogido calor, aquello no hay quien lo pare. Como los altos hornos de Vizcaya.
Sopesé las teorías termodinámicas de Fermín.
-¿Es eso lo que está usted haciendo con la Bernarda? -pregunté-. ¿Poner la plancha al fuego?
Fermín me guiñó un ojo.
-Esa mujer es un volcán al borde de la erupción, con una libido de magma ígneo y un corazón de santa -dijo, relamiéndose-. Por establecer un paralelismo veraz, me recuerda a mi mulatita en La Habana, que era una santera muy devota. Pero, como en el fondo soy un caballero de los de antes, no me aprovecho, y con un casto beso en la mejilla me conformé. Porque yo no tengo prisa, ¿sabe? Lo bueno se hace esperar. Hay pardillos por ahí que se creen que si le ponen la mano en el culo a una mujer y ella no se queja, ya la tienen en el bote. Aprendices. El corazón de la hembra es un laberinto de sutilezas que desafía la mente cerril de varón trapacero. Si quiere usted de verdad poseer a una mujer, tiene que pensar como ella, y lo primero es ganarse su alma. El resto, el dulce envoltorio mullido que le pierde a uno el sentido y la viertud, viene por añadidura.
Aplaudí su discurso con solemnidad.
-Fermín, es usted un poeta.
-No, yo estoy con Ortega y soy un pragmático, porque la poesía miente, aunque en bonito, y lo que yo digo es más verdad que el pan con tomate. Ya lo decía el maestro, enséñeme usted un donjuán y le enseño yo a un mariposón enmascarado. Lo mío es la permanencia, lo perenne. A usted le pongo por testigo que yo de la Bernarda haré una mujer, si no honrada, porque eso ya lo es, al menos feliz.
Le sonreí, asintiendo. Su entusiasmo era contagioso, y su métrica invencible.
-Me la cuide bien, Fermín. Que la Bernarda tiene demasiado corazón y ya se ha llevado demasiados chascos.
-¿Se cree que no me doy cuenta? Vamos, si lo lleva en la frente como una póliza del patronato de viudas de guerra. Se lo digo yo, que en esto de encajar putadas tengo muchísima experiencia: yo a esa mujer la colmo de dicha aunque sea lo último que haga en este mundo.
-¿Palabra?
Me tendió la mano con aplomo templario. Se la estreché.
-Palabra de Fermín Romero de Torres."


Bien, ahí lo tienen, queda a criterio de cada quien opinar lo mismo o lo contrario. En lo personal, es la descripción ideal para una conquista segura, o por lo menos, una seducción irresistible a cargo de un hombre que sabe lo que una de esas criaturas celestiales desea, llameseles, Mujeres.