miércoles, 20 de junio de 2012

Un Día Más.

Y hoy sigue la nostalgia inundando mis ideas. Llevo poco mas de dos semanas distrayéndome con aquella serie televisiva que por veinte minutos al día me deja escaparme de la tristeza y de la soledad que me han impuesto. Aunque en el momento en que termina, todos los recuerdos vuelven, y me atormentan como una lluvia de arena que no me deja respirar. Todos los días llega un momento en el que trato de descifrar el error que haya tenido, pero por más que lo intento, siempre hay una razón para haberlo hecho, buena o mala. Actué con desesperación, alarmado por la posibilidad de nunca volverte a ver, y sin embargo, un leve rayito de esperanza me reconforta por segundos, al pensar que tal vez pueda recibir en cualquier momento un mensaje, una llamada, o simplemente un pensamiento hacia mi. Quiero pensar que sosteniéndome a la idea de que cuando termine este infernal lapso de tiempo que otras veces no parecería tanto, todo vuelva a la normalidad y así tal vez pueda sobrellevar que no puedo llamarte o escribirte ahora. No soporto no saber cómo estás, no soporto pensar que no te interesa y que estás mas feliz que nunca en mi ausencia. Tantas veces me pareció ver que me necesitabas, tantas veces que te ayudé, que te apoyé, que te inspiré. Y sin embargo, todo eso se esfuma con un simple correo que expresaba mis emociones y mis sentimientos. ¿Por qué otras personas que han cometido errores mas graves que yo, tienen el permiso de gozar de tu compañía?, no entiendo. En verdad, el esfuerzo que he hecho por  complacer cada detalle, parece no importar, parece que no fue suficiente. Sí, en varias ocasiones he escuchado la gracia de un agradecimiento, pero ¿y después?, volvemos a lo mismo. No encuentro la manera de justificar mi puesto, y de corregir lo que hice. La oportunidad que te pedía no consistía en más que poder seguir siendo parte de tu existencia, de poder estar ahí cuando lo necesitaras, no importando el papel que yo tuviera.
Ja, hay quienes piensan que esto es insignificante, o que no vale la pena, o que simplemente no le dan importancia. Pues bien, para mí, esto ha sido de lo más importante que me ha pasado en mi vida. Todo un año de felicidad, se viene abajo con tres semanas de soledad, de decepción.
Tal vez, el lamento que llora en mi corazón, no compensa el daño que pude haber causado, pero creo que todos en el interior, tenemos ese ser compasivo, que nos dice que aquella persona, no es mala, no pretende ningún mal, solamente hizo algo sin pensarlo. Y todos somos así, todos tenemos errorcitos. Unos mas grande que otros, pero al fin, errores. Y todo error se puede arreglar, o se puede  evitar. Es solo cuestión de que recuerdes, de que sientas. De pensar en todas aquellas cosas que no te dejaron alejarme, que no te permitieron abandonarme. Esas cosas, son las que vale la pena guardar y recordar, no las malas.
En fin, solamente el destino, si es que existe, puede hacer que pase lo que tenga que pasar, y aunque mi mente y mi corazón se comprometen a hacer lo posible para corregirlo, esté o no esté, deseo seguir siendo esa persona tan importante que en algún momento veló por ti y te consoló en aquellas ocasiones en las que todo parecía estar perdido.
Solo basta recordar. Recordar.

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